28 septiembre 2009

Y otra vez...


...el olor de la madera del lápiz recién afilado, el reflejo de la luz sobre el libro acabado de forrar, el grueso cuaderno con sus hojas todavía planchadas, un horario de clases encima de la mesa abarrotada... El curso ha comenzado. Y para el estudiante, el año nuevo es ahora. Tiempo de esperanza y propósitos, de esfuerzo y realización.

El bronceado y el frenesí del verano se van diluyendo en los días que abren el otoño. Es costoso poner orden en una memoria que quiere retener los mil momentos importantes de ese “primer día”. Difícil mostrar indiferencia ante la niña nueva de sincera sonrisa encuadrada en su lacia melena. Asumir, que otro año más, tendré que aguantar la arrogancia de Javi y la cursilería de Cristina.

A mis 58 años sigo recordando ese estado de curiosidad e incertidumbre que me despertaban los nuevos compañeros o ese profesor del que había oído hablar a los del curso superior. Todavía mis días se jalonan más por fechas escolares que por el calendario laboral... Algo de niño debe de quedar todavía por mi oxidada sangre.

Que este nuevo año, ustedes lo cursen bien.

1 comentario:

  1. Eso nos ocurre a muchos. No sé si para bien o para mal, pero la idea que tenemos del tiempo está marcada por esos años. Un fuerte abrazo.

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