09 julio 2010

Retazos de humor

No soy de los que se divierten mucho con los chistes; así, cuando me cuentan uno, en seguida lo olvido. Sin embargo, lo que escribo a continuación está en mi memoria desde hace ya unos años. Y es que no son chistes, son anécdotas ocurridas en mi presencia. Estas situaciones reales a mí me desternillaron de risa. Vamos a ellas:


* La madrugada va ya muy avanzada. Leo y Fran regresan a casa en su automóvil. Están parados en un semáforo. Otro coche – rojo y tirando a deportivo - se detiene a su izquierda; el que lo conduce mira al par de amigos y da un golpe de acelerador. Todos miran al disco rojo. El recién llegado vuelve a mirar al vehículo de al lado, otra vez al disco y nuevo toque de acelerador. Leo, que conduce, mete la marcha-atrás y el del auto rojo mira al semáforo: ¡verde! Sale quemando neumáticos y litros de gasolina. Leo también sale ¡pero hacia atrás!. Cuando pasan unos segundos el solitario piloto mira por el retrovisor y ve a sus competidores sumidos en escandalosa carcajada.

* Dos matrimonios disfrutan del frescor de unas cervezas en una terraza. Carente de todo aire trascendente, la conversación deriva en qué lugar le gustaría, a cada uno, que descansaran sus huesos para siempre... Y, con la mayor naturalidad, una de las mujeres dice: “Yo desearía ser enterrada en donde estuviese mi marido”. La cara del esposo creo que no es necesario describirla.

* Leo alarga la mano y toma una caja de preservativos del cajón cercano.
- Son para ti, Fran. Te los regalo.
- Como tienes pareja estable ya no los necesitas, ¿no?. Gracias, son de mi marca preferida.
- No es eso. Es que me resultan pequeños.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¡Vuélvelos al cajón.! No los quiero. Si a ti no te sirven, ¡a mí, tampoco¡

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