18 octubre 2015

Tránsito

Es el otoño tiempo de nostalgia. He destilado la mía: un poquito en cada verso.
 


Han pasado los sesenta…

Cuando a trote largo
y rienda corta
cabalga mi adolescencia.
Cuando la sangre
como río suena,
cuando siempre es primavera,
cuando una guitarra
inflama tus venas,
cuando, como lanza que
en el corazón se espeta,
el amor llega.

Y a remolque del reloj
entre bellos poemas y duras piedras
(a trancas y barrancas)
rueda la manilla en la esfera…
y lo que era creciente
se llena, se mengua y
en nada se queda:
oscura, desapasionada…
con  débil fragancia y voz calma.

Mil noches gira la luna y
mil noches trae el sol la mañana.
Muchas noches tercas,
alguna mañana agria,
irrepetible sucesión de
monótona constancia.

Hoy, heridas tengo las manos
de hoyar la tierra,
de abonar recuerdos;
cargadas las espaldas de
vacíos llenos de anhelos y
latidos de corazones yertos.

Y a la sombra del árbol, que
joven rama como yo era,
alzo mis ojos al cielo y
clamo en silencio a la tierra.             

4 comentarios:

  1. Gran poema. Caramba. Maldita sea. Si por identificación me ha dado un calambre al leer esto. Es así, sucede así. Todo el poema avanza con paso magnífico. Veo pasar los años a través de estos versos, uno tras otro. "lanza que
    en el corazón se espeta". Y otros muchos.
    El remate del poema (zona compleja) me parece tan grande como el poema. Ese grito que queda colgado en el silencio. Y sin respuesta.

    Un abrazo, Demián.

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    1. Me has alegrado el día. Que un entendido, puntilloso lector y buen poeta, como tú eres, elogie mis versos se agradece mucho, y es el mejor acicate para seguir manchando papel.
      Un abrazo cargado de gratitud.

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    2. Hola Demián. Esa nostalgia otoñal siempre es cíclica pero nos advierte, cada estación que vuelve, de un Carpe Diem necesario. Horacio nos da a entender que cuánto más se viva nuestro día a día, más encuentros tendremos con nosotros mismos. Y no es que debamos abarcar todo y absolutamente todo. Es saber llenar ese recipiente de esa fragancia que nombras y de esa calma construida con el paso de las manillas del reloj.Me llegó este poema otoñal, si. Mejor descrito no podría estar.Siempre en manos de alguien sensible y que bebe la vida a sorbos, paladeando cada uno de los pequeños retos y ratos que van pasando por delante.Me gustó, si que me gustó.A ver si me voy poniendo al día. Sigo teniendo problemas con mi blog. Un abrazo.

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    3. Pues sí, tanci. El llenado de ese recipiente perfilado por días es laborioso y no admite demoras, sólo nuestra voluntad será la responsable de la tarea. Mucho me complace que te haya gustado la forma poética que le dí a un pensamiento y a tu manifestación del mismo. Gracias. Un abrazo y feliz otoño canario.

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